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Pascal y Martine: la emotiva historia del reencuentro con 7 de sus 10 hijos en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza

Pascal y Martine: la emotiva historia del reencuentro con 7 de sus 10 hijos en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza
La familia reunificada junto a funcionarios de ACNUR, DNM y OIM. © ACNUR/ J.Schwartz

BUENOS AIRES, Argentina, 6 de mayo de 2014 (ACNUR) – Como observador electoral y activista por los Derechos Humanos en la República Democrática del Congo, (RDC) su país natal, Pascal recibió numerosas amenazas de muerte. Tras la última amenaza en la que se ponía en riesgo a su familia y su propia vida, decidió huir. Ese día Pascal dejó su hogar junto a su mujer, Martine, un hijo pequeño y sus mellizos de apenas 6 meses de vida. En la ciudad de Goma, (RDC) dejaron a cargo de un tío a 7 hijos de entre 14 y 6 años, incluyendo dos pares más de mellizos.

Pascal y su familia llegaron a la Argentina en Marzo de 2012. Se presentaron como solicitantes de la condición de refugiados ante la Comisión Nacional de Refugiados (CONARE) y en junio de ese mismo año se les otorgó el estatuto de refugiados. Al obtener su permiso de trabajo, Pascal encontró un empleo. La agencia socia de ACNUR, la Fundación Comisión Católica Argentina para las Migraciones (FCCAM) ayudó a la familia en la llegada, la integración y en el proceso de reunificación y la iglesia a la que pertenecen Pascal y Martine, les brindó asistencia y estabilidad además de apoyo con el cuidado y la escolaridad de los niños.

Desde el momento en que llegaron a la Argentina, tanto Pascal como Martine trabajaron mucho para comenzar de nuevo, con el recuerdo de sus 7 hijos en RDC y la esperanza de volver a reunirse con ellos lo antes posible. Trabajaron incansablemente para preparar su casa y asegurarse una buena integración en la comunidad local, para estar en condiciones de recibir a los niños en lo que sería su nuevo hogar y país.

En abril de 2013, la CONARE concedió la reunificación familiar a Pascal y Martine. Al no contar con los medios económicos para costear el viaje de sus hijos, solicitaron al ACNUR ayuda para cubrir los gastos de los pasajes y la documentación.

En el transcurso de un año, la Oficina Regional del ACNUR en Argentina, coordinó con la Sección de Reunificación del ACNUR en Ginebra, Suiza, y las oficinas de ACNUR  en RDC y en Kenia. Los niños obtuvieron pasaportes; se gestionaron las visas con las autoridades argentinas y con la colaboración de todas las organizaciones involucradas se concertó el viaje. Un colega de ACNUR escoltó por tierra a los niños desde Goma (RDC) hasta Kigali, Ruanda. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) se ocupó de los vuelos y coordinó la asistencia de una acompañante, Martine Reilly, quien escoltó a los niños durante todo el viaje de Kigali a Buenos Aires, vía Dubai, Emiratos Árabes Unidos. Reilly contó que pudo sentir la ansiedad y ver la felicidad en los ojos de los niños por ver a sus padres y hermanos después de haber pasado tanto tiempo separados.

El 29 de abril, en horas de la noche, el Aeropuerto Internacional de Ezeiza fue escenario de una imagen excepcional: la reunión de 7 niños con sus padres y 3 hermanos luego de dos años de separación. Sylvie, Kevin, Fortunata y las mellizas Charline, Charlie, Anna y Annette también recibieron una muy emotiva bienvenida de su tía, una monja misionera que reside en Buenos Aires hace algunos años y de varios amigos y vecinos de Pascal y Martine que se acercaron al Aeropuerto a esperar a los niños y ayudar a la numerosa familia con los traslados en auto hacia el hogar. Entre la comitiva de bienvenida, estuvieron autoridades de la CONARE, funcionarios del ACNUR y la escolta de OIM que vieron la mejor foto de esta historia: 1 gran familia de nuevo unida.

Federico Agusti, Presidente de la CONARE de Argentina expresó: «Estos casos nos deben ayudar a reflexionar sobre dos aspectos; desde lo institucional es importante destacar el trabajo coordinado entre la CONARE, la Dirección Nacional de Migraciones (DNM), la Cancillería, el ACNUR y la OIM que permitió felizmente la reunificación de Pascal y Martine con sus hijos en nuestro país; y desde lo humano, nos recuerda que trabajamos para personas que buscan una nueva oportunidad para reconstruir sus vidas, nos permite ponernos unos instantes en los zapatos de quienes han dejado tras de sí a lo más preciado, que son los hijos y el dolor de no tener certeza cuando volver a verlos o como se encuentran, que sólo se puede comprender cuando somos testigos de ese momento emotivo del encuentro; ese abrazo entre padres e hijos, luego de varios años de separación, da sentido a nuestro trabajo humanitario.»

Por Luciana Marchen, Oficina Regional para el Sur de América Latina, Buenos Aires, Argentina.